martes, 17 de noviembre de 2009

Consecuencias del derretenimiento de los Glaciares



Consecuencias del derretimiento de los glaciares La retirada continua de los glaciares puede provocar dos grandes problemas a escala planetaria: la falta de agua dulce y el aumento del nivel del mar. Otros problemas como las dificultades para practicar ciertos deportes o la modificación del paisaje también son consecuencia de este fenómeno, pero su gravedad es muy inferior.




Escasez de agua dulce En las zonas y ciudades cuya fuente principal de agua dulce sea el deshielo cíclico de un glaciar en verano, la desaparición de éste provocaría una escasez que afectaría tanto a la agricultura como a la industria. Este fenómeno afectaría muy especialmente a varias regiones asiáticas y a diversas regiones y ciudades de América del Sur.



Por ejemplo, la ciudad ecuatoriana de Quito depende en gran medida del agua que se desprende del glaciar situado en el volcán Antizana que cada vez es más pequeño. En la capital de Bolivia, La Paz, y en las zonas de agricultura que la rodean, cuando hay sequía se utiliza el agua proveniente de los glaciares.La velocidad con que están desapareciendo estos glaciares ha llevado al Banco Mundial a estudiar medidas compensatorias en Sudamérica.


En Asia se espera que debido al incremento de la población y la rápida industrialización de muchos países la demanda de agua sea cada vez mayor, pero sin embargo la cantidad de agua disponible es cada vez menor. Extensas zonas agrícolas de la India, China y Nepal dependen del agua que fluye de los glaciares del Himalaya por lo que su destino está ligado a la evolución de los mismos y los estudios que se han realizado no auguran un futuro halagüeño. Otra consecuencia directa de la escasez de agua es el descenso del caudal de los ríos que podría llevar al cierre de centrales hidroeléctricas, una de las tecnologías menos contaminantes para generar energía eléctrica.


Según un informe del Banco Mundial, las guerras del próximo siglo no tendrán por causa ni la política ni el petróleo. Serán provocadas por el agua. La demanda de agua se duplica cada veinte años aproximadamente y un amplio sector de la población mundial no disponde de agua suficiente para sus necesidades básicas como la higiene. Si a esta situación actual le añadimos el efecto que tendrá sobre el agua potable disponible la desaparición de glaciares continentales, se pueden prever conflictos sociales graves a medio plazo.



Aumento del nivel del mar Entre los años 1993 y 2003 el nivel del mar ha aumentado a un ritmo de 3,1 mm al año con un margen de error de 0,7 mm. El incremento del nivel del mar no se debe únicamente al deshielo de los glaciares sino también a la dilatación térmica de los océanos. Ambos fenómenos están directamente relacionados con la temperatura media de la Tierra y contribuyen al incremento del volumen de los océanos en un 50% cada uno aproximadamente.



Dado que la mayor parte del hielo que existe en el planeta está localizado en la Antártida y Groenlandia, la evolución de estas dos zonas determinará en gran medida la velocidad del aumento del nivel del mar. Según el Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC) se espera hasta el año 2100 un incremento del nivel del mar de entre 19 cm y 58 cm dependiendo de la evolución de los distintos escenarios que se han estudiado sin tener en cuenta el posible incremento en la contribución de la Antártida y Groenlandia, debido a que son zonas polares especialmente difíciles de modelizar. A título ilustrativo y sin alarmismo, si la Antártida se fundiese por completo, lo cual es muy improbable que ocurra al menos durante el s. XXI, sus 25,4 km3 de hielo elevarían el nivel del mar en 57 m produciendo una catástrofe de consecuencias imposibles de estimar. Si el nivel del mar se elevase sólo un metro, se inundarían unos 150.000 km2 de tierra afectando a unos 180 millones de personas.



Hay que subrayar que los únicos datos realmente seguros son los correspondientes a datos tomados en el pasado. Las previsiones de futuro, por definición, se basan en modelos estadísticos basados en patrones de crecimiento detectados en datos obtenidos en el pasado y por lo tanto su nivel de incertidumbre, dada la complejidad del fenómeno, es bastante alto. Incluso los modelos más sofisticados de calentamiento global y fusión de los glaciares no son considerados por el momento suficientemente fiables. No obstante son los mejores modelos de los que se dispone actualmente.



Posibles contramedidas Para frenar la fusión de los glaciares es difícil adoptar contramedidas realmente efectivas mientras no se conozcan sus causas exactas y sus pautas de evolución. Se necesita saber con más precisión qué pesos tienen los factores antropogénico y natural en el fenómeno que estamos observando. No obstante, existen propuestas razonables para frenar la pérdida de hielo en la Tierra o al menos adaptarnos a esta pérdida:



Gestionar mejor el agua: si las reservas de agua dulce se están reduciendo tiene sentido incrementar la eficiencia de la red de distribución y utilizar más eficientemente el agua. En algunos países, como España, se ha propuesto incrementar las tarifas del agua para evitar que se malgaste. Esta propuesta no ha estado exenta de polémica.

Desalación del agua del mar para obtener agua dulce. Esta tecnología permitiría crear nuevas fuentes de agua dulce para compensar las pérdidas ocasionadas por el deshielo de los glaciares, pero es una tecnología relativamente cara y requiere una gran cantidad de energía. Dependiendo de cuál sea el origen de esta energía (combustibles fósiles, nuclear o renovables), puede ser peor el remedio que la enfermedad.

Asumiendo que el factor antropogénico tenga un peso decisivo en el fenómeno, la principal contramedida que se debería tomar es reducir la emisión de gases de efecto invernadero para frenar el calentamiento global. Se han propuesto medidas globales como el Protocolo de Kyoto aunque no todos los países industrializados lo han firmado.

Proteger los glaciares con una funda: es un método que se ha puesto en práctica en Suiza cubriendo algunos glaciares entre mayo y septiembre, y que hasta el momento ha dado buenos resultados. El fin principal de estas medidas es proteger el turismo glacial y los deportes de nieve. No obstante, este método no es económicamente viable para proteger el planeta de forma global.

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